La Falsificación de Peticiones del Lado del Servidor (SSRF) es una vulnerabilidad por la que un atacante puede engañar a un servidor para que realice peticiones no deseadas a recursos internos o externos. Estas solicitudes se realizan desde el propio servidor, que puede tener más privilegios y acceso en comparación con una solicitud del lado del cliente. SSRF puede ser explotado para obtener acceso a sistemas internos, extraer datos sensibles, o llevar a cabo otros ataques dentro de la red de la organización.
Un ataque SSRF normalmente implica los siguientes pasos:
Server-Side Request Forgery (SSRF) y Cross-Site Request Forgery (CSRF) son dos vulnerabilidades críticas de la seguridad web que pueden tener graves consecuencias si se explotan. Aunque ambos tipos de ataques implican la manipulación del comportamiento de las aplicaciones web, operan de formas fundamentalmente distintas y se dirigen a aspectos diferentes de las aplicaciones web. Comprender las diferencias entre SSRF y CSRF es esencial para que los equipos de los SOC apliquen las medidas de seguridad adecuadas y protejan sus sistemas con eficacia.
A continuación se muestra una tabla comparativa detallada en la que se destacan las principales diferencias entre SSRF y CSRF:
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SSRF es una vulnerabilidad por la que un atacante puede hacer que un servidor realice peticiones no deseadas a recursos internos o externos, lo que puede provocar accesos no autorizados y fugas de datos.
Un ataque SSRF normalmente funciona mediante la manipulación de una solicitud del lado del servidor, a menudo a través de la entrada suministrada por el usuario, para hacer que el servidor envíe solicitudes a lugares no deseados, tales como servicios internos o servidores externos controlados por el atacante.
Los indicadores incluyen patrones inusuales de tráfico saliente, registros de acceso inesperado a recursos internos y anomalías en las respuestas del servidor que sugieren la recuperación de datos no autorizados.
Algunos ejemplos son el acceso a API internas, la obtención de metadatos de servicios de cloud y la interacción con servicios de red internos, que pueden dar lugar a la exposición de datos confidenciales o a acciones no autorizadas.
Las medidas preventivas incluyen validar y desinfectar las entradas de los usuarios, restringir las solicitudes salientes a destinos de confianza, implementar la segmentación de la red y utilizar reglas de cortafuegos para bloquear el acceso no autorizado.
El impacto puede ir desde el robo de datos y el acceso no autorizado a servicios internos, hasta la habilitación de otros exploits como la ejecución remota de código, dependiendo del objetivo y de los privilegios del servidor.
La validación de la entrada garantiza que los datos suministrados por el usuario no contengan cargas maliciosas que puedan manipular las peticiones del lado del servidor, mitigando así el riesgo de SSRF.
La segmentación de la red limita la capacidad del servidor para interactuar con recursos internos sensibles, reduciendo la superficie de ataque disponible para los exploits SSRF.
Las cabeceras de seguridad como la Política de Seguridad de Contenidos (CSP) pueden restringir con qué recursos puede interactuar la aplicación, añadiendo una capa de defensa contra los ataques SSRF.
Herramientas como Burp Suite, OWASP ZAP y escáneres específicos de SSRF pueden ayudar a identificar y analizar vulnerabilidades SSRF en aplicaciones web.