Un agente malicioso es una persona, grupo u organización que representa un riesgo potencial para la seguridad de los sistemas informáticos, las redes o los datos. Estos agentes tienen la intención y la capacidad de lanzar ciberataques, explotar vulnerabilidades, robar información o interrumpir el funcionamiento normal. Los agentes maliciosos pueden ser desde hackers individuales hasta grupos ciberdelincuentes organizados, entidades patrocinadas por el Estado o colectivos hacktivistas.
Las ciberamenazas ya no emanan de individuos aislados; son el producto de una variedad de entidades sofisticadas y bien organizadas con diferentes agendas y capacidades.
En la cúspide de la jerarquía de los actores de amenazas se encuentran los grupos patrocinados por el Estado. Estos actores suelen contar con el apoyo de gobiernos nacionales y están dotados de recursos sustanciales y capacidades tecnológicas avanzadas. Su principal motivación suele ser geopolítica, ya que buscan obtener ventajas estratégicas sobre otras naciones. Esto puede incluir la interrupción de infraestructuras críticas, el espionaje y la influencia en las políticas extranjeras o nacionales. La sofisticación de los actores patrocinados por el Estado los hace especialmente peligrosos, capaces de ejecutar operaciones cibernéticas complejas y de gran impacto.
Algunos ejemplos de actores patrocinados por el Estado son:
Los grupos organizados de ciberdelincuentes representan otra formidable categoría de actores de amenazas. A diferencia de los actores patrocinados por el Estado, su principal motivación es el beneficio económico. Estos grupos están bien estructurados y a menudo operan como empresas, utilizando herramientas y técnicas avanzadas para ejecutar ciberrobos, fraudes y ataques de ransomware a gran escala. La profesionalidad y los recursos de estos grupos los convierten en una amenaza persistente tanto para las empresas como para los particulares.
Algunos ejemplos de grupos organizados de ciberdelincuentes son:
El hacktivismo es una mezcla única de piratería informática y activismo, en la que el motivo principal es promover el cambio político o social. Los hacktivistas utilizan sus habilidades para lanzar ciberataques contra organizaciones o gobiernos que consideran poco éticos o injustos. Sus actividades pueden ir desde la desfiguración de sitios web hasta el lanzamiento de ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS), todos ellos dirigidos a llamar la atención sobre su causa o a interrumpir las operaciones de sus objetivos.
Algunos ejemplos de hacktivistas son
Las amenazas internas provienen de individuos dentro de una organización que hacen mal uso de su acceso para perjudicar a la organización. Puede tratarse de empleados, contratistas o socios comerciales. Las amenazas internas pueden ser intencionadas (por ejemplo, empleados descontentos que buscan venganza) o accidentales (por ejemplo, empleados que ponen en peligro la seguridad por negligencia sin saberlo). El profundo conocimiento de los sistemas y procesos de la organización por parte de la persona infiltrada hace que este tipo de amenaza sea especialmente difícil de combatir.
Ejemplos de amenazas internas
Los actores de la amenaza tienen diversas motivaciones que impulsan sus actividades. Algunos motivos comunes incluyen:
El ciberespionaje es una preocupación crítica tanto para las empresas como para los gobiernos. Los actores implicados en el espionaje buscan robar información sensible, desde datos gubernamentales clasificados hasta secretos comerciales en el mundo corporativo. El motivo es obtener una ventaja competitiva o estratégica, ya sea en el ámbito geopolítico o en el sector empresarial.
El motivo más evidente en el mundo de la ciberdelincuencia es el lucro económico. Esto incluye el robo directo de fondos, las violaciones de datos que conducen a la venta de información confidencial y los ataques de ransomware, en los que los atacantes exigen un pago a cambio de restaurar el acceso a datos o sistemas críticos.
Algunos ciberataques tienen como objetivo causar interrupciones o destrucción total. Esto es especialmente habitual entre los actores patrocinados por Estados y los hacktivistas. Estos ataques pueden dirigirse contra infraestructuras nacionales críticas, interrumpir servicios o, en algunos casos, causar daños físicos. El motivo puede variar desde debilitar a un rival geopolítico hasta protestar contra determinadas políticas o acciones.
Un área de creciente preocupación son los ciberataques dirigidos a manipular la opinión pública o dañar la reputación de una organización. Esto puede incluir la difusión de desinformación, la manipulación de los algoritmos de las redes sociales o el ataque a la integridad de entidades periodísticas o políticas. El objetivo es influir en la percepción pública o perturbar la armonía social.
Vectra AI proporciona valiosas capacidades para detectar actores de amenazas dentro de la red de una organización. A continuación se explica cómo Vectra AI ayuda a detectar a los actores de amenazas:
Un agente malicioso es cualquier persona, grupo u organización que representa un riesgo potencial para los sistemas informáticos, las redes o los datos. Estas entidades tienen tanto la intención como la capacidad de lanzar ciberataques, explotar vulnerabilidades o robar información confidencial. Los agentes maliciosos van desde hackers solitarios hasta sofisticados grupos estatales, cada uno con diferentes niveles de recursos y conocimientos técnicos.
Existen cuatro tipos principales de actores maliciosos en la ciberseguridad:
Un agente malicioso es un término más amplio que abarca a cualquier persona que suponga un riesgo para la ciberseguridad, mientras que un hacker se refiere específicamente a alguien con habilidades técnicas para irrumpir en sistemas. Todos los hackers maliciosos son agentes maliciosos, pero no todos los agentes maliciosos son hackers. Por ejemplo, un empleado negligente que expone accidentalmente datos confidenciales es un agente malicioso, pero no un hacker. Los agentes maliciosos también pueden incluir a aquellos que financian ataques, planifican operaciones o reclutan talento técnico sin realizar ellos mismos el hackeo.
Los actores maliciosos de los Estados-nación son entidades respaldadas por gobiernos que llevan a cabo operaciones cibernéticas con fines geopolíticos. Estos grupos suelen disponer de recursos considerables, capacidades técnicas avanzadas y acceso persistente a los objetivos. Entre los ejemplos más destacados se encuentran APT29 (Cozy Bear), vinculado a los servicios de inteligencia rusos y responsable de la violación de la DNC en 2016, y la Unidad 61398 de China, conocida por el robo de propiedad intelectual a empresas occidentales. Los actores estatales suelen tener como objetivo agencias gubernamentales, contratistas de defensa, infraestructuras críticas e industrias estratégicas.
Los actores de amenazas cibernéticas se mueven por cuatro motivaciones principales:
Varios grupos de actores maliciosos han ganado notoriedad por ataques de gran repercusión:
Los actores maliciosos utilizan diversas tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) para comprometer a las organizaciones:
Un actor malintencionado interno es alguien con acceso legítimo a los sistemas de una organización que hace un uso indebido de ese acceso para causar daños. Entre los actores malintencionados internos se incluyen empleados actuales o antiguos, contratistas, socios comerciales o cualquier persona con acceso autorizado a redes y datos. Existen tres tipos principales:
Las amenazas internas son especialmente peligrosas porque pueden eludir las defensas de seguridad perimetrales y, a menudo, conocen dónde se almacenan los datos confidenciales.
Las organizaciones pueden detectar a los actores maliciosos mediante enfoques de múltiples capas:
La defensa contra los actores maliciosos requiere una estrategia de seguridad integral: