Las organizaciones confían en sus empleados, contratistas y socios comerciales para funcionar con eficacia, pero cuando estas personas de confianza hacen un uso indebido de su acceso -intencionada o involuntariamente- pueden producirse brechas de seguridad, pérdidas financieras e interrupciones operativas. Tanto si se trata de una amenaza interna maliciosa como de un error causado por negligencia, la detección de amenazas y unas medidas de seguridad sólidas son cruciales para salvaguardar los datos confidenciales y evitar el robo de datos.
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Los ciberdelincuentes no siempre son atacantes externos. Empleados, proveedores e incluso antiguos empleados pueden acceder a activos críticos y aprovechar los puntos débiles de una organización. Algunos lo hacen de forma malintencionada, mientras que otros cometen errores que exponen la información de los clientes o interrumpen las operaciones empresariales. Independientemente de la intención, los incidentes internos se encuentran entre los riesgos de seguridad más difíciles de detectar y mitigar.
Las organizaciones se enfrentan a una serie de amenazas, entre las que se incluyen las procedentes de personas con información privilegiada que actúan deliberadamente y las que, sin saberlo, ponen en peligro la información confidencial. Comprender estos tipos de amenazas internas es clave para implantar soluciones de seguridad que minimicen la exposición y eviten las filtraciones de datos.
Los individuos que roban, manipulan o exponen intencionadamente datos confidenciales en beneficio propio, por espionaje corporativo o por venganza entran en esta categoría. Estos actores a menudo intentan eludir las medidas de seguridad, ocultar sus actividades y explotar el acceso privilegiado. Prevenir, detectar y detener las amenazas internas maliciosas:
El error humano sigue siendo uno de los mayores riesgos para la seguridad. Los empleados pueden extraviar dispositivos, ser víctimas de un ataquephishing o compartir inadvertidamente información confidencial, lo que puede dar lugar a filtraciones de datos y violaciones de la normativa. Para ayudar a prevenir las negligencias:
Los socios externos, como contratistas, vendedores y proveedores, pueden tener acceso al sistema pero carecer de soluciones de seguridad adecuadas, lo que los convierte en objetivos fáciles para los ciberdelincuentes. Si se ven comprometidos, pueden utilizarse como puerta de entrada para acceder a los datos más sensibles de una organización. Para adelantarse a estas amenazas internas:
Una amenaza interna maliciosa que trabaje con un hacker externo puede ser extremadamente peligrosa. Estos actores ayudan a los ciberdelincuentes a eludir las medidas de seguridad, robar propiedad intelectual o interrumpir las operaciones empresariales. Para ayudar a prevenir este tipo de amenazas colusorias:
Incluso los empleados bienintencionados pueden poner en peligro una organización. Caer en un ataque de ingeniería socialdesconfigurar los parámetros de seguridad o exponer accidentalmente información de los clientes puede dar lugar al robo de datos y a infracciones de la normativa. Para ayudar a prevenir este tipo de amenazas internas involuntarias:
Cualquier persona con acceso a activos críticos y datos sensibles podría suponer un riesgo, entre ellos:
La detección de amenazas internas requiere vigilar el comportamiento de los usuarios e identificar patrones de actividad inusuales, como:
Las amenazas internas descritas anteriormente se producen de muchas maneras diferentes. He aquí algunos ejemplos comunes.
Un administrador informático, molesto por haber sido despedido, accedió a los servidores de la empresa y borró activos críticos, lo que provocó importantes paradas operativas y pérdidas económicas.
Un empleado reenvió accidentalmente un correo electrónico que contenía información de clientes sin cifrar, infringiendo las leyes de cumplimiento y causando daños a la reputación.
Un contratista con acceso privilegiado al sistema robó secretos comerciales confidenciales y los filtró a una empresa rival a cambio de una compensación económica.
El aumento del trabajo a distancia, el almacenamiento cloud y las cadenas de suministro interconectadas han incrementado la superficie de ataque de las amenazas internas. Sin las soluciones de seguridad adecuadas, las empresas se enfrentan a riesgos de seguridad que podrían conducir al robo de propiedad intelectual, robo de datoso incluso daños a las operaciones empresariales.
Una amenaza interna es cualquier riesgo de seguridad planteado por un individuo dentro de una organización -como un empleado, contratista o proveedor- que hace un uso indebido de su acceso para robar datos, interrumpir las operaciones comerciales o comprometer información sensible.
Una combinación de formación sobre concienciación en materia de seguridad, herramientas de detección de amenazas, controles de acceso y supervisión del comportamiento puede ayudar a mitigar los riesgos derivados de la información privilegiada.
Las banderas rojas incluyen actividad inusual de inicio de sesión, grandes transferencias de datos, modificaciones del sistema e intentos de eludir los controles de seguridad.
Las amenazas internas se dividen en varias categorías, entre las que se incluyen las internas maliciosas (que roban o dañan datos intencionadamente), las internas negligentes (exposición accidental de datos), las amenazas colusorias (que trabajan con atacantes externos) y los riesgos de terceros (contratistas o proveedores con acceso privilegiado).
Con el aumento del trabajo remoto, los entornos cloud y los ecosistemas digitales interconectados, las organizaciones se enfrentan a mayores riesgos derivados de acciones internas, tanto intencionadas como no intencionadas, que podrían dar lugar a filtraciones de datos, pérdidas financieras y sanciones normativas.
A diferencia de las ciberamenazas externas que se originan fuera de la organización, las amenazas internas proceden de individuos con acceso legítimo. Esto hace que sean más difíciles de detectar, ya que las herramientas de seguridad tradicionales suelen centrarse en los ataques externos en lugar de vigilar a los usuarios de confianza.
Las estrategias de detección eficaces incluyen el análisis del comportamiento de los usuarios (UBA), la gestión de accesos privilegiados (PAM), la inteligencia sobre amenazas basada en IA y la supervisión de la actividad en tiempo real para identificar acciones sospechosas antes de que escalen.
Entre las motivaciones más comunes se encuentran el beneficio económico, la venganza, la coacción, las creencias ideológicas y los errores involuntarios, como la negligencia o ser víctima de ataques de ingeniería social.
La implantación de modelos de seguridad de confianza cero, políticas de acceso con privilegios mínimos y una supervisión no intrusiva garantizan una sólida protección al tiempo que mantienen una cultura de confianza y transparencia dentro de la organización.
Entre los incidentes recientes de amenazas internas más destacados (2023-2024) se encuentran la filtración de datos confidenciales de clientes por parte de empleados de grandes empresas tecnológicas, el sabotaje de sistemas críticos de empresas aeroespaciales por parte de empleados descontentos y la venta de secretos comerciales a competidores o a agentes estatales. Estas filtraciones, motivadas por razones económicas o represalias, subrayan la urgencia de una supervisión proactiva, controles de acceso y programas de concienciación de los empleados.